Cine de trazo social y antropológico con vertiente luminosa
Ghadi (2013) es una película libanesa que trasciende fronteras y toca la fibra, a partir de una propuesta que va más allá de tiempos y culturas.
La historia cuenta la historia de Leba, un profesor de música que vive en un barrio de una pequeña ciudad costera del Líbano. Leba se ha casado con su novia de toda la vida y tiene dos niñas. De un día para otro, recibe la noticia de que va a ser padre de nuevo, esta vez de su primer hijo varón: Ghadi.
Sin embargo, los médicos advierten a la pareja protagonista de que el pequeño tendrá necesidades educativas especiales. Ghadi nace con síndrome de down y genera división de opiniones, posturas encontradas de creencias y valores, propicia estados emocionales entre los vecinos con su querencia por cantar en uno de los balcones del vecindario.
La historia entra en un punto de inflexión cuando la familia del pequeño comprende que debe hacer algo para estimular el afecto y el respeto de los vecinos hacia Ghadi. De esta manera, asistimos a un cuento extraordinario en clave fílmica, que habla de recelos, prejuicios y mezquindades. Aunque por lo que sobresale es por su canto a la bondad, la esperanza y la solidaridad.
La película hunde sus raíces en el cine neorralista italiano, con toques indie del norteamericano y un claro homenaje a la fuerza y vitalidad que irradia el cine árabe en su vertiente más inspiradora. Los únicos peros que se le pueden poner es que algunos personajes se entregan demasiado a la caricatura y cierta ingenuidad de algunos planteamientos narrativos.
…¨Ha dicho quien me quiera pedir algo, que lo haga bajo mi ventana, eso si con el corazón en la mano, y yo haré que suceda¨
Autor: Pedro Fernaud Quintana
Alas y Raíces 